La progresión de
las células a través del ciclo de división celular se regula por señales
extracelulares del medio, así como por señales internas que supervisan y
coordinan los diversos procesos que tienen lugar durante las diferentes fases
del ciclo celular. Además, diversos procesos celulares como el crecimiento celular,
la replicación del ADN y la mitosis, han de coordinarse durante el transcurso
del ciclo celular. Esto se consigue mediante una serie de puntos de control que
regulan la progresión a través de las diferentes fases del ciclo celular.
Uno de los
puntos de regulación principales del ciclo celular, en muchos tipos celulares,
se encuentra avanzada la fase G1, y controla el paso de G1 a S. Este punto de
regulación se definió por primera vez en estudios de la levadura de gemación (Saccharomyces cerevisiae), donde se le
conoce como START. Una vez que las
células han rebasado el START, quedan determinadas a entrar en la fase S y a
sufrir un ciclo de división celular. Sin embargo, rebasar el punto START es un
proceso que está finamente regulado en el ciclo celular de la levadura, siendo
controlado a través de señales externas, como la disponibilidad de nutrientes,
y por el tamaño celular. Así, START supone un punto de decisión en el que la
célula determina si hay suficientes nutrientes disponibles para avanzar a través
del resto del ciclo celular.
Además, START es
el punto en el que se coordina el crecimiento de la célula con la replicación
del ADN y con la división celular. La importancia de esta regulación se muestra
de manera evidente en las levaduras de gemación, en las que la división celular
da lugar a una progenie de células de distintos tamaños: una célula madre
grande y una célula hija pequeña. Para que las células de la levadura mantengan
un tamaño constante, la célula hija pequeña debe crecer hasta alcanzar un
tamaño mayor al de la célula madre, antes de volver a dividirse. Por lo tanto,
se ha de controlar el tamaño de la célula para poder coordinar el crecimiento
celular con los otros procesos del ciclo celular. Esta regulación se realiza
mediante un mecanismo de control que requiere que la célula alcance un tamaño
mínimo para poder rebasar el START. Por lo tanto, la célula hija pequeña pasa
más tiempo en G1 y crece más que la célula madre.
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Aunque la
proliferación de la mayoría de las células se regula en G1, algunos ciclos celulares
se controlan, en cambio, en G2. Un ejemplo de esto es el ciclo celular de la
levadura de fisión Schizosaccharomyces
pombe. A diferencia de Saccharomyces
cerevisiae, el ciclo celular de S.
pombe se regula básicamente a través del control del paso de G2 a M, que es
el punto principal en el que se supervisa el tamaño celular y la disponibilidad
de nutrientes. En los animales, el ejemplo más característico de control del
ciclo celular en G3 lo proporcionan los oocitos de los vertebrados, los cuales
pueden permanecer detenidos en G2 durante largos periodos de tiempo (varias
décadas en el ser humano) hasta que se activa su paso a la fase M por la
estimulación hormonal. De esta manera, las señales extracelulares pueden
controlar la proliferación celular regulando el paso de las fases G2 a M, así
como de G1 a S del ciclo celular.
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