Investigadores
de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) han encontrado que
la edad biológica y la esperanza de vida se pueden predecir mediante la
medición del ADN de un individuo. Los científicos estudiaron la longitud de los telómeros en una población silvestre de un
ave de una pequeña isla del archipiélago de las Seychelles.
Publicada en Molecular Ecology, su investigación
demuestra que los individuos difieren radicalmente según lo rápido que se
acortan sus telómeros con la edad y que tener telómeros más cortos a
cualquier edad se asocia con un mayor riesgo de muerte, por lo
que la longitud de los telómeros es un buen indicador del futuro de la
esperanza de vida. Este proyecto de investigación de 20 años es, según sus
autores, el primero de su tipo en medir los telómeros - extremos de los
cromosomas que velan por su estabilidad- a través de toda la vida de los
individuos en una población silvestre.
Antecedentes
Éste no es el
primer estudio que confirma el papel predictivo de longevidad de los telómeros.
En enero de 2012, un equipo de
Investigadores de la Universidad de Glasgow, en Reino Unido,
determinó que la longitud del telómero puede ayudar a predecir la duración de
la vida de un individuo, según un estudio hecho en cebras recogido que se
publicó en The Proceedings of the National Academy of Sciences.
De hecho,
puede que en los próximos años nuestro médico pida junto al análisis de
colesterol la medida de nuestros telómeros debido a su papel clave en dos de
los grandes retos de la ciencia médica: el cáncer
y el envejecimiento. Cuanto mayor es la presencia de células con
telómeros cortos en el organismo, mayor es el grado de envejecimiento y también
de daño celular. Es, por tanto, un marcador de la edad biológica del organismo
mejor que la que figura en el carné de identidad. El símil más utilizado para
explicar cómo actúan los telómeros es la de los protectores de plástico que se
colocan en el extremo del cordón de los zapatos para
evitar que se deshilachen. Los telómeros, como los plásticos de los cordones,
protegen el final de los cromosomas para evitar su deterioro cuando las células
se dividen. Se estima que son tan importantes que algunos centros de
investigación, como el Centro
Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) llegó a un acuerdo con la
empresa Life Length para
explotar esta tecnología, desarrollada por el grupo de Telómeros y Telomerasa
del CNIO.
Más
cortos
El autor del
trabajo que se publica en Molecular Ecology, David S. Richardson, explica que
«con el tiempo estos telómeros se descomponen y se acortan. Queríamos entender
lo que ocurre durante toda la vida, por lo que estas aves eran las más idóneas,
ya que están naturalmente confinadas a una isla tropical aislada, sin ningún
tipo de depredadores, por lo que podemos seguir a individuos durante toda su
vida, hasta la vejez».
En
el estudio, se analizaron muestras de sangre de las aves dos veces al año y se
analizó la longitud del telómero. «Investigamos si, en cualquier edad, la
longitud de sus telómeros podría predecir la muerte inminente y encontramos que
los telómeros cortos y que se acortaban rápidamente fueron un buen indicador de
que el pájaro iba a morir dentro de un año», señala el director del estudio.
«También encontramos que los individuos con telómeros
más largos tenían vidas más largas en general», añade.
Calidad
de vida
En este
sentido, explica que antes se pensaba que el acortamiento del telómero se
producía a un ritmo constante en los individuos y que su longitud podría actuar
como un reloj interno para medir la edad cronológica de los organismos en la
naturaleza. «Sin embargo, mientras que los telómeros se acortan con la edad
cronológica, la velocidad a la que esto ocurre es diferente entre individuos de
la misma edad. Esto se debe a que los individuos experimentan diferentes cantidades
de estrés biológico, debido a las dificultades y esfuerzos a los que se
enfrentan en la vida. La longitud de los telómeros se puede utilizar como una medida de la cantidad de
daño que un individuo ha acumulado a lo largo de su vida»,
concluye.
La investigación
es importante porque mientras que estas ideas han sido investigados en el
laboratorio, que nunca han sido probados en un entorno salvaje, según sus
autores. Sin embargo, Richardson lamenta que «sería prácticamente imposible
hacer un estudio en humanos», puesto que se necesitaría mucho
tiempo para estudiar una vida humana y en los hombres también influyen otras
cosas, como las enfermedades, que evitaría que fuera un estudio natural. Así,
cosas como fumar, comer alimentos menos saludables y someter el cuerpo a exceso
de estrés físico o mental provoca un acortamiento en los telómeros. Por ello,
cuando se oye eso de «ha tenido una vida muy dura» es, según los autores de la
investigación, porque ha acortado mucho los telómeros por el estilo de vida que
ha llevado.
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